Enriquillo comenta.
Mediante un acuerdo establecido entre la Confederación Patronal Dominicana (COPARDOM), que en la actualidad dirige Laura Peña Izquierdo, y los representantes de las centrales sindicales, entre estos; Gabriel del Río Doñe, Jacobo Ramos y Rafael (Pepe Abreu), entre otros, y con la mediación del Gobierno, a través del Ministerio de Trabajo, que dirige Eddy Olivares, se acordó un aumento salarial.
Dicho aumento de un 20 % entró en vigencia a partir del día 1ro del presente mes de abril, dividido en dos partes: un 12 % para este mes y el restante 8% para el mes de febrero del año 2026.
Cabe señalar que, en las reuniones realizadas por el Comité Nacional de Salarios para la discusión del aumento, los representantes sindicales habían propuesto un treinta por ciento, mientras que los empresarios plantearon un 10 %.
Ya antes, el Gobierno, en voz del presidente de la República Luis Abinader, había planteado que el aumento no debe ser menos de un 20 % que, dicho sea de paso, fue lo que se aprobó con la modalidad que describimos anteriormente.
Sin embargo, es bueno aclarar que el aumento salarial, acordado entre las partes, no resuelve en gran medida la situación económica de los trabajadores y trabajadoras del sector privado.
Es bueno señalar que solo la canasta familiar más baja que existe en el mercado está por encima de los 30 mil pesos cada mes, sin contar que está prohibido enfermarse, porque a pesar del seguro familiar de salud, las personas afiliadas a una ARS tienen que incurrir en gastos que no pueden llevar.
Es decir, que ni lo de abril, ni lo de febrero del próximo año darían para resolver los gastos en los alimentos, la electricidad, los medicamentos, entre otros, en la República Dominicana.
Todo eso, sin contar que todo empleado o empleada y sus familias tienen el derecho a una diversión sana, pero eso también está prohibido, porque si los ingresos no compensan los gastos en los alimentos de la canasta familiar, mucho menos daría para diversión.
Mientras que el Gobierno se ufana en decir que ahora estamos mejor que antes, si hacemos un simple ejercicio de matemática de pre-primaria, nos damos cuenta de que ahora estamos peor.
Es de conocimiento público que una libra de arroz cuesta entre 40 y 50 pesos, una libra de habichuela entre 90 y 100 tululuses, una libra de pollo hasta 100 aldabas y por ahí María se va.
Y eso no es todo, porque cada día que pasa, los artículos de primera necesidad tienen una tendencia al alza, contando además con la incontrolable subida del dólar, que afecta a toda la población, pero mucho más a los de menores ingresos.
En ese sentido, las organizaciones sindicales, campesinas, ambientales y populares tienen un gran camino que recorrer para conquistar mejores condiciones de salarios para los trabajadores del sector privado. Y aquí cabe la pregunta, ¿Y los empleados y empleadas del sector público pa’ cuándo…?