El año jubilar es un tiempo de gracia que nos invita a vivir intensamente la fe, renovando nuestra relación con Dios, con los demás, y con nosotros mismos, con el tema «El Jubileo de la Esperanza.
En el inicio, Monseñor Andrés Napoleón, Obispo de la Diócesis de Barahona, al presentar los desafíos en su homilía de ayer (domingo 29 de diciembre) en la Catedral de Barahona, habló de las sombras y oscuridades, pero también de la luz que nos trae Cristo en esta Navidad.
La elección del día de la Sagrada familia para la apertura del año jubilar no es casual, porque no se puede mirar hacia el futuro con esperanza sin contar con la familia.
En ese sentido, Monseñor Andrés dijo que cuando miramos a la sagrada familia de Nazaret, Jesús, María y José, vemos el modelo perfecto de lo que significa vivir como familia según el diseño de Dios.
En su homilía, Monseñor Andrés recalcó, que la familia no solo es el lugar donde vivimos, sino también el lugar donde Dios se manifiesta de manera especial.
En la celebración además de Monseñor Andrés, estuvo con-celebrando Monseñor Rafael L. Felipe Núñez, obispo emérito de Barahona y los sacerdotes presente.
En la celebración participaron autoridades civiles y militares de las cuatros provincias de la Región Enriquillo y feligreses de las distintas parroquias de la Diócesis de Barahona.