Comentario de Enriquillo Informa
El miércoles 1 de enero 2025, la Iglesia Católica inició el año Nuevo con alegría, celebrando la Solemnidad de Santa María, Madre de Jesús y madre nuestra, que nos acompaña en el comienzo de este 2025, y que nos protege bajo su manto Maternal.
La primera lectura compartida, tomada del libro de Números, nos regala una hermosa bendición. El señor te bendiga y te proteja. Estas palabras nos llenan de esperanza, y nos recuerda que Dios está pendiente de cada persona, a la vez que nos guarda y nos guía.
Así que al comenzar este Año Nuevo, podemos confiar en que su rostro misericordioso brilla sobre nosotros, y su favor nos acompaña, tomando en cuenta que jamás Dios se aleja del ser humano, sin embargo, cada vez más nosotros nos alejamos de él.
En este año pedimos con mucha fe, que el Señor derrame su bendición y nos conceda paz y misericordia, que nos acompañe en cada proyecto de vida, de comunidad, de familia.
En Gálatas 4, del 4 al 7, San Pablo nos recuerda que a través de Jesús, hemos sido adoptados como hijos de Dios, y él que ha nacido de María, nos hace parte de esa familia divina.
En la Iglesia también celebramos la identidad como hijos de Dios, llamados a vivir con la confianza de que somos herederos de su trono y de su gracia
De su lado, el evangelio de Lucas 2, del 16 al 21, nos relata la visita de los pastores a Belén donde encuentran a Jesús. Como María, que guardaba todas estas cosas en su corazón, estamos llamados a reflexionar sobre la presencia de Dios en nuestras vidas.
En ese sentido, María nos enseña a confiar, y a abrir el corazón a lo que Dios quiere con nosotros, que seamos seres pensantes, y que siempre estemos en sintonía con su palabra llena de amor y de esperanza.
Por eso y por tantas cosas a las que Dios nos llama, en este 2025 caminemos con confianza, a sabiendas que Dios nos acompaña en cada paso, en cada proyecto, en cada parte de nuestras vidas.
Como los pastores de Belén, acerquémonos al niño Jesús que nació entre nosotros, y dejemos que su luz ilumine nuestro camino, para ser testigos de su humildad y de su amor, constructores de paz y peregrinos de esperanza.
Que este año sea una oportunidad para crecer en la fe y compartir la alegría del evangelio, que nos llama a ser más solidarios, comprometidos con el reino.
Esperamos un 2025 lleno de bendiciones, y que María madre del creador, nos guíe y nos proteja por siempre.