El Papa Francisco, en la su homilía de clausura del Sínodo, sobre la sinodalidad, explicó que la actitud de Bartimeo es la misma de la ceguera interior que generalmente nos bloquea y nos hace permanecer inmóviles, casi al margen de la vida, sin ningún tipo de esperanza para seguir. Según el Santo Padre, el Sínodo es un fragmento de la Palabra santa que bien podemos comparar con nuestra vida personal y nuestro ser Iglesia
Aunque el obispo de Roma explica que ante los retos propios de este tiempo, las urgencias de la evangelización y las heridas que afligen a la humanidad, no podemos ser indiferentes. Para vivir de verdad, no podemos permanecer sentados. Vivir es siempre ponerse en movimiento, caminar, soñar, hacer proyectos y abrirse al futuro.
El obispo de Roma aseguró que sería hermoso si el Sínodo nos impulsara a ser Iglesia como Bartimeo, una comunidad de discípulos que, oyendo al Señor que pasa, percibe la conmoción de la salvación y se deja despertar por la fuerza del Evangelio sin miedo a clamar por Él.
Al concluir la segunda sesión de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, se hace necesario detenerse en lo que le sucede a este hombre en el Evangelio de Marcos. El Vicario de Cristo invitó a los presentes a tener una actitud semejante en el deseo de hacerse discípulo tras responder al llamado.
