QUIÉN como una madre, con su dulce encanto, nos disipa el miedo, nos calma el dolor… Así es, y será siempre, porque es el ser que nos brinda el amor más grande y puro.

En esta ocasión, como el año pasado, la celebración de su día en nuestro país, este último domingo de mayo, llega en medio de la pandemia del Covid-19, pero esta circunstancia jamás debe impedir que nuestro afecto, gratitud y amor lleguen hacia ella. Pero seamos prudentes con el encuentro familiar, porque podemos llevar el virus al hogar, entonces, la alegría se convertirá en tristeza. El rebrote del contagio tiene que llevarnos a una celebración sobria, prefiriendo en muchos casos que sea de manera virtual.

En cuanto al regalo para mamá, sugerimos al Estado, implementar políticas sociales que contribuyan a mejorar su calidad de vida, asegurándole un presente sin incertidumbre. Es doloroso para una madre no saber dónde encontrar el sustento de sus hijos. También, sugerimos que desde el sector empresarial se les brinde a las madres trabajadoras las oportunidades de un crecimiento integral, sin ningún tipo de exclusión.

Les recordamos a los hijos que jamás olviden el mandato divino de: Honrar a padres y madres, sobre todo en una época donde vemos tantos hijos dándole a sus progenitoras un trato irrespetuoso y malvado. Esperamos que ninguna madre sufra la desdicha de recibir una recompensa tan ingrata de quienes deben cuidarla, quererla y amarla para siempre.

Mamá, felicidades, hoy y siempre. Damos gracias a Dios por darnos un regalo como tú.

Editorial del Periódico Camino.

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