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El arzobispo emérito de Santiago, monseñor Ramón Benito de la Rosa y Carpio, abogó ayer por la preservación de los valores dominicanos.

Tambien llamo a la preservación de los valores dominicanos, Dios, patria y Libertad, porque al afianzarse en ello, solidifica el país. “Nuestros símbolos patrios, esa herencia que nos dejaron los fundadores de la patria, nos hablan de los valores que tenemos, con nuestro lema: Dios, Patria y Libertad”, recordó. Manifestó de la Rosa y Carpio […]

Tambien llamo a la preservación de los valores dominicanos, Dios, patria y Libertad, porque al afianzarse en ello, solidifica el país.

“Nuestros símbolos patrios, esa herencia que nos dejaron los fundadores de la patria, nos hablan de los valores que tenemos, con nuestro lema: Dios, Patria y Libertad”, recordó.

Manifestó de la Rosa y Carpio que quien se afianza en esos tres valores está edificado sólidamente, no solamente su vida personal, sino el país y a dónde van los dominicanos, todos saben cuál es nuestra meta por lo que enunciamos con nuestros símbolos: Dios, Patria y Libertad.

“Se percibe muy claro, y el que niega esto se está negando a sí mismo como dominicano y no solamente se niega ahora, es para siempre, porque esos símbolos van a permanecer”.

Monseñor de la Rosa y Carpio en su artículo Un Momento, titulado Valores Dominicanos, señala que la Bandera dominicana, con su significado, con sus colores, con el escudo, con la cruz en medio de ella, “nos habla de lo que somos, con el evangelio puesto en el corazón, es una referencia para nosotros, es como un libro de texto”.

Y  agregó que aunque la persona no sea católico ni pertenezca a una iglesia de confesión cristiana, “usted lee el evangelio, aunque sea por cultura, porque usted va a aprender valores suyos, valores de la patria, valores dominicanos”.

“Vamos a verlos en la Bandera, en el escudo, vamos a verlos en nuestro lema, que nos hablan de lo que somos: único país del mundo que tiene la Biblia y el evangelio en el corazón de su escudo”. Declaró.

Y puso de manifiesto el arzobispo emérito que en esos valores se halla una riqueza de valores que nada ni nadie “nos puede quitar”.