Han pasado casi cuatro meses desde que los huracanes Irma y María pasaron cerca de República Dominicana, afectando la comunidad de Boba, en Nagua, y desde entonces todo ha seguido igual. Los afectados dicen que siguen sin viviendas.
El jueves 07 de septiembre República Dominicana se preparaba para recibir al huracán Irma, con categoría 5, que según los pronósticos del Centro de Operaciones de Emergencias (COE), afectaría buena parte del territorio dominicano, si no desviaba su trayectoria, especialmente la zona norte.
Afortunadamente Irma modificó su ruta y no causó mayores afectaciones al territorio dominicano.
Sin embargo, dos semanas después, específicamente el jueves 21 de septiembre, se emitía una nueva alerta de huracán con categoría 5: María, el cual amenazaba con devastar todo a su paso y República Dominicana estaba en su trayecto.
Residentes de las comunidades Los Cacaos, Loma Atravesada y Las Galeras en Samaná, y Boba en Nagua, se sentían atemorizados por las consecuencias de ese fenómeno climático que en su tránsito, solo por la vecina isla de Puerto Rico, produjo al menos 64 víctimas fatales.
No obstante, al igual que pasó con Irma, el huracán María se desvió y solo arrastró hacia el país fuerte nubosidad, intensas lluvias y el incremento del oleaje.
Pero en Boba, ese incremento del oleaje, llegó a la costa y destruyó al menos 30 viviendas, dejando a igual número de familias sin hogar y sin sus ajuares.
Mientras el 24 de diciembre la mayoría de las familias dominicanas celebraban la cena de Nochebuena en sus casas, rodeados de familiares, amigos y seres queridos; en Boba reinaba la incertidumbre que genera estar a la intemperie.