Cuyo nombre se le da a una hermosa celebración con la que se consagra un templo para Dios y para la comunidad eclesial. Es decir, se dedica, se entrega a Dios ese templo y el Señor toma posesión de ese lugar como casa suya y de su Iglesia. Cada Parroquia y cada Diócesis celebran cada año el recuerdo de esa dedicación al Señor.

En este sentido las lecturas están encaminadas a ayudarnos a entender la importancia y trascendencia del templo como lugar de encuentro, consagrado y dedicado para el culto a Dios.

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