Articulo compartido por Leoncio Noboa.
Dios perdona siempre, el hombre a veces, la naturaleza nunca. Este concepto o expresión popular lo hemos oído en innúmeras ocasiones sin embargo no acabamos de aprender la lección.
El hombre a veces perdona. A esta parte de la frase me quiero referir esta vez.
Como pareja, como familia muchas veces estamos dados al rencor, a no olvidar por pequeño que sea el percance. Esto ha traído como consecuencias separaciones, disgustos, divorcios.
No es lo mismo perdonar que olvidar. Muchas veces cruzamos los términos y no debería ser así. Olvidar es borrarlo todo y eso no es tan fácil. Es parte de nuestro historial. Es parte de nuestro disco duro como diríamos hoy día. Por lo tanto es imposible prescindir de esta historia y así nos vamos a la tumba y no olvidamos.
Sin embargo, perdonar se nos puede hacer más fácil siempre y cuando haya la disponibilidad, la voluntad y la decisión de arreglarse con la persona que tenemos la diferencia.
Si Dios te perdona sin tu haberlo visto nunca porque no perdonas a quien ve. Esto quiere decir que tú no crees en Dios. Es puro teatro.
Parejas, familias no rompan sus vínculos de unión por cualquier quítame esta paja.
No olviden que su postura afecta a otras personas que usted dice querer mucho. A sus hijos, por ejemplo. Ellos pagan los platos rotos
Ellos no tienen la culpa de su actitud. Actitud que irremediablemente ellos copiaran también. Y serán tan rencorosos o más que usted.
Si decimos ser hombres y mujeres de fe porque entonces somos tan tacaños para. O es que estamos jugando a la doble moral. A Dios rogando y con el mazo dando. O sea estamos pidiendo a Dios que nos perdone pero tú, yo, no somos capaces de perdonar al prójimo, a tu pareja, a tu hijo, a tu vecino.
Olvidar no será fácil pero perdonar es posible. Hagamos lo posible porque este proceder tenga cabida en las familias. De lo contrario la familia, sobre todo va a seguir deteriorándose, lamentablemente.