El agua que da vida a República Dominicana, proviene por lo general de zonas de captación del líquido, localizadas en los sistemas boscosos de las altas montañas.
En estos lugares desde hace décadas se observa un progresivo deterioro ambiental.
En la República Dominicana, existen unas 17 Zonas Productoras de agua, localizadas en los principales sistemas montañosos.
Así se establece en el Inventario Nacional Forestal del 2018, realizado por el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales con el respaldo de la Agencia Alemana de Cooperación Internacional.
El país cuenta con 118 cuencas hidrográficas, incluyendo los ríos más largos y caudalosos del área antillana entre ellos el Yaque del Norte, el Yaque del Sur y el Yuna.
La Cordillera Central concentra la mayor cantidad de zonas captadoras de agua y sirve de cuna al menos a 709 cauces de ríos y arroyos. Le siguen las cordilleras septentrional, oriental y las sierras de Neiba y Bahoruco.
El bosque nublado de Sierra Bahoruco, es fundamental para el agua de República Dominicana y Haití, pero está siendo muy impactado por la agricultura.
Zonas hídricas sensibles, como Valle Nuevo o el Parque Nacional Sierra Bahoruco, despiertan una preocupación especial entre académicos y ecologistas que denuncian el impacto que tiene la agricultura, sobre todo en los sistemas cobijados bajo bosques captadores de agua a través de la humedad de las nubes.
La Academia de Ciencias de República Dominicana emitió en agosto pasado un informe en el que da cuenta de la desaparición del 70% de los bosques de la cuenca del río Mulito.
El río Mulito, es vital para Pedernales y su comunidad vecina haitiana Anse a Pitre.