Protagonismo de los jóvenes en los estamentos sociales, políticos y religiosos.

“Me basta que sean jóvenes para amarlos” San Juan Bosco.

La Comisión Nacional de Pastoral Juvenil, de la Conferencia del Episcopado Dominicano, en el marco de su premiación anual en honor a San Juan Bosco, Padre y Maestro de la juventud, reconoce a jóvenes líderes de todo el país, por su desempeño en las áreas sociales y religiosas. A su vez, aprovecha el espacio para felicitar a todos los jóvenes del país; felicitación en la que destaca los valores y virtudes que posee la juventud dominicana, siendo esta luchadora, emprendedora, incansable, alegre, persistente y esperanzada.

“Que nadie te desprecie por ser joven” 1 Timoteo 4:12.

Como Comisión Nacional de Pastoral Juvenil, nos hacemos eco de lo que, en esta semana, ha sido el grito de la juventud dominicana y diferentes figuras de varios entes sociales en los medios de comunicación, en el marco de la fiesta de San Juan Bosco del pasado 31 de enero, en el que celebrábamos el Día Nacional de la Juventud, donde se demanda crear mejores oportunidades, ya que es inaceptable ver a tantos jóvenes desempleados, muchos con títulos técnicos y universitarios, mientras otros no continuaron sus estudios porque tuvieron que trabajar, abrumados por la pobreza. Es también inaceptable que, precisamente por falta de apoyo del Estado y de las grandes empresas, miles de jóvenes, desesperados y por falta de orientación, caigan en la delincuencia, la prostitución y en el consumo de drogas, males que afectan a gran parte de la sociedad dominicana.

El alto índice de desempleo, unido a la odisea que pasan los jóvenes para emplearse por primera vez, debido a que se les exige experiencias de trabajos que aún no han tenido, estas son condiciones que llevan a que nuestra juventud enfrente decepciones profundas, lo cual se traduce en depresiones severas. Hoy por hoy, la mayoría de nuestros jóvenes tienen un deseo inmenso de salir hacia adelante, sin embargo, sus ideales se ven afectados por el desinterés de los mayores, al no brindárseles las oportunidades necesarias para que demuestren su valía.

En los últimos años hemos estado experimentando la realidad de los jóvenes que, por necesidad económica y de estudio, se ven en la situación de emigrar lejos de sus familias. La movilidad juvenil en busca de mejor situación de vida, por lo regular, da paso a que, en nuestros pueblos, haya escasez de líderes. Podríamos decir, que estamos enfrentando una gran fuga de cerebros dentro y fuera del país, lo cual representa un atraso en nuestra sociedad. Los Medios de Comunicación y los jóvenes 

El lenguaje utilizado por los jóvenes para comunicarse ha ido evolucionando conforme el paso del tiempo, es decir, que este lenguaje está compuesto por una serie de símbolos y gestos, abiertamente influenciados por los medios de comunicación.

Es bien sabido que el contacto de los jóvenes con el mundo depende, básicamente, de los medios de comunicación social, pues estos representan el ambiente primario donde ellos se desenvuelven. Ahora bien, ¿quién no capta la urgencia de utilizar de tal manera los medios de comunicación y su lenguaje emocional, a través del sonido, de la imagen del color y del movimiento, que sean, en verdad, los canales de intercambios humanos, capaces de responder a la expectación de la juventud?[1] Esta pregunta nos interpela a todos, debido a que, hoy por hoy, los medios de comunicación social están muy cargados de mensajes negativos, siendo en parte, mala influencia para el mundo, especialmente para nuestros adolescentes y jóvenes.

Sin embargo, no podemos afirmar que la culpa de todos los males que aquejan la formación juvenil provenga de los medios, ni estigmatizarlos sobre otras fuentes de información como pueden ser los tradicionales libros, ya que los jóvenes no son meros observadores pasivos de los medios, sino que ellos pueden actuar y decidir ante esta cantidad de información, y ahí es donde nosotros tenemos que intentar intervenir, entre los medios de comunicación y los jóvenes, haciendo de ellos observadores que interpreten mensajes de manera crítica.

La población joven constituye el segmento más volcado con el uso de las comunicaciones sociales, y a la vez, el más vulnerable. Son competentes al máximo en sus habilidades tecnológicas, pero se muestran descuidados a la hora de salvaguardar su propia intimidad[2]. El deber de la Iglesia, padres y educadores ha de enfocarse en reforzar las habilidades sociales de estos jóvenes, capacidades entre las que se encuentra, por ejemplo, el poder transmitir el Evangelio a los demás, el respeto mutuo y el intercambio de mensajes positivos.

Nuestro deseo es que los jóvenes sean los protagonistas del país que sus corazones sueñan. Y nosotros sabemos que el corazón de la juventud dominicana sueña, y sueña a lo grande, pero los sueños tienen que ser concretados, el mirar siempre hacia el horizonte, se tiene que hacer con los pies en la tierra, y se empieza con los pies en la tierra de la patria[3]. Y si ustedes no aman a su patria yo no les creo que lleguen a amar a Jesús y que lleguen a amar a Dios.

El Amor a la patria es un amor a la Madre. Ella misma, como toda madre, nos enseña a caminar y se nos entrega para que la hagamos sobrevivir a otras generaciones, porque de estas tierras han nacido experiencias que se fueron expandiendo y multiplicando a lo largo de diversos países. ¿Y quiénes impulsaron estas experiencias? Jóvenes como ustedes que se animaron a vivir la aventura de la fe, porque la fe provoca en los jóvenes sentimientos de una aventura que les invita a transitar por paisajes increíbles, paisajes nada fáciles, nada tranquilos, pero llenos de experiencias increíbles… Si no son patriotas, no podrán ser nada en la vida, jóvenes, quieran a su República Dominicana, no tengan miedo de dar lo mejor que puedan por su país.

Todo esto, unido a la necesidad que tiene nuestra Iglesia de ser rejuvenecida por quienes estén dispuestos a dar su vida por los más

 

Año del Discernimiento

Necesitados, nuestra voz se une a la del papa Francisco cuando dice que la Iglesia tiene que tener rostro joven y eso, nosotros somos los que tenemos que darlo. Pero claro, un rostro joven es real, lleno de vida, no precisamente joven por maquillaje, con crema rejuvenecedora, eso no sirve, sino, joven porque, desde su corazón, se deja interpelar.5

Queridos jóvenes, hagan que sus voces se escuchen en lo más alto de nuestra sociedad, con un mensaje claro, lleno de paz, de justicia y de amor transformador para nuestra sociedad. Que el cansancio no les arrope y luchen siempre por sus derechos y sus objetivos de vida.

 

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