Por: Leoncio Noboa
El 5 de junio, se celebró el Día Mundial del Medioambiente, bonita fecha por el nombre que se le asignó: Día mundial del Medio Ambiente.
El término gramaticales, MEDIO significa mitad. A manera de broma quiero destacar que queremos un ambiente entero, no la mitad ni menos de la mitad.
Lamentablemente es casi seguro que las reservas mundiales de los recursos naturales (llámese flora, fauna, agua, suelo, biodiversidad) con los que todavía contamos es menos de la mitad.
Se dice que las reservas forestales están en menos de un 30% a nivel mundial. Siendo unas de las causas principales el famoso cambio climático.
En este día 5 de junio del 2024, se celebraron grandes actos, conferencias, firmas de convenios en favor de este medio ambiente.
Son muy buenas estas actividades y hacen falta para que este medio ambiente pase de la mitad y las generaciones futuras no vean amenazado su bienestar inmediato en cuanto a seguridad alimentaria, acceso a una salud digna y sostenible y sobre todo a un ambiente sano.
El ansia desmedida de acumular riquezas ha llevado a muchos hombres y mujeres y empresas al uso irracional de unos recursos naturales que cada se agotan más.
Estamos ante una situación de emergencia, y si no le ponemos el cascabel al gato con tiempo nos vamos a lamentar todos.
No bastan teorías y grandes protocolos de la ONU. Ya se han celebrado 28 conferencias de las COPs y este año se va a celebrar la número 29, y qué.
Hay que ir más allá. Los países que más contaminan (China, EE.UU, Europa) tienen el deber sagrado de contribuir con el financiamiento de los efectos del cambio climático que amenaza con matar de hambre a muchos países tercer-mundista.
Por otro lado, por poner un ejemplo, hay que ir al campo y ver qué hace el campesino en las montañas. Hay que hacerlo amigo del árbol para que reforeste. Hay que hacer cumplir los estudios de impacto ambiental.
Donde no se deba instalar tal o cual proyecto que afecte al medio ambiente, que no se instale para no degradar más este ambiente que ya le queda menos de la mitad, lamentablemente.